Descubre El Murito, las Puertas del Valhalla en Ortegal
No se muy bien si buscando un momento de paz interior para sanar y reencontrarme conmigo mism@ en un intento mås por cicatrizar alguna de las muchas heridas que colman el alma decidí aquella tarde tomar mi mochila y disfrutar de la soledad caminando por la carretera que conecta Ortigueira con la Lagoa de San Martiño, pasando por el famoso Sendero Azul, siguiendo la costa de la Ría de Ortigueira.
El Murito - Ortigueira - Jay Lorenzo
Caminaba en solitario entre los vigorosos prados y la orilla del mar, por el Sendero del Borde Litoral mas, me sentía acompañad@ con los murmullos del viento y el rumor de las aves que al atardecer iban y venían. Observé a unos pájaros revoloteando entre las ramas de unos árboles, como si estuvieran celebrando la libertad y la belleza de la vida. Minutos más tarde, desde el Paseo A playa de Ortigueira, pude ver a una familia de cormoranes descansando en un saliente, a punto de lanzarse al mar en busca de su próxima pesca.Aquellas aves parecían mensajeras de la propia naturaleza y su mensaje era un fiel reflejo de mi necesidad de renacer (qué bonita palabra) y lanzarme hacia nuevos horizontes.
A Lagoa de San Martiño - Ortigueira - Fernando Rodríguez
Medio kilómetro mas adelante, caminado por la carretera que va hacia A Lagoa de San Martiño, un discreto e inadvertido sendero baja desde la carretera por la izquierda hacia la orilla del mar. Viajando en coche parece fácil dejarlo atrás pero la ventaja de ir caminando es que puedes explorar consiguiendo llegar a todos los rincones de la rica y variada belleza paisajística del Ortegal. Liderado por mi curiosidad decidí descender hacia la orilla y descubrir qué ‘tesoro’ se escondía al final de aquel sendero.
Y allí estaba. Un santuario de paz con un viejo y pequeño embarcadero,
‘O Murito’ es un rincón del Ortegal que resulta ser un lugar casi divino. Tan pronto llegué me sentí como si me hubiesen acomodado en una butaca de primera fila en el Gran Teatro Celestial. En el escenario, su alteza EL Sol comenzaba su lento descenso en el horizonte, pintando el cielo de tonos cálidos y cuya banda sonora era el suave ritmo acompasado de las diminutas olas de la ría golpeando tímidamente los postes del embarcadero. Un atardecer de los que llenan el alma y los pulmones de vida mientras los últimos rayos del día se cuelan entre nubes de algodón completamente doradas.
El Murito -Ortigueira - Fernando Rodríguez
O Murito es, sin duda, uno de esos lugares en los que experimentas una conexión con la naturaleza de una forma diferente. Una conexión vibrante y sobretodo muy íntima entre un@ mism@ y la propia creación. Una conexión que pone ante nuestros ojos las puertas del mismísimo Valhalla.
