El Rey del Norte: Centinela y Testigo de la Creación.

Mi señor, monarca del norte,
en tu trono de rocas milenarias,
de las eras primigenias,
testigo de los albores.

Rey de la noche eterna,
nacido en la oscuridad
¿cómo floreció el primer árbol
en tu solemne majestad?

Donde el tiempo se fundió,
con tus hondas grietas
y los peces emergieron.
En tus brazos se gestó.

Desde las olas espeluznantes
emergió la vida
y bajo tu mirada,
la creación fue concebida.

Hallaron abrigo en tu altura,
las aves, en sus vuelos,
mientras las tempestades
danzaban con bravura.

Cabo Ortegal - Cariño - Jay Lorenzo

Oh, señor del norte,
¿qué sentiste en aquel instante,
cuando los humanos erguidos,
tornaron en viajeros constantes?

¿Cómo fue al contemplar
sus bajeles en la vasta mar,
navegando hacia horizontes,
explorando sin cesar?

Pacificador de tormentas sin fin,
luz en la tiniebla,
bastión del norte,
rey divino y ortegano paladín.

El Sol y las estrellas,
ante tu grandeza se rindan,
y en humilde plegaria,
ante ti se inclinan.

Que tu voz, como el viento,
consigo lleve la verdad,
mi señor del norte,
en tu trono de eternidad.

Oh, rey del norte,
cuéntame tus sabios secretos,
testigo de la historia,
en versos como estos.



El Cabo Ortegal se encuentra en los acantilados más altos de la Europa continental y se eleva abruptamente desde el mar en un lugar con una belleza salvaje e impresionante, en el norte de Galicia. Cuenta con un faro que se encuentra en la cima del acantilado, desde donde se puede disfrutar de unas vistas impresionantes del océano y la costa.

Sus rocas se formaron en el manto de la tierra hace 1.156 millones de años y son las cuartas mas antiguas del planeta, y resisten estoicamente desde hace millones de años la furia del Atlántico.
 
Las tempestades en el Ortegal pueden ser verdaderamente intensas y suelen incluir vientos muy fuertes y constantes, lluvia torrencial, rayos y truenos, olas de alturas terroríficas y muy poderosas. Durante una tempestad en el Ortegal la fuerza del viento puede hacer que sea muy difícil mantener el equilibrio y las olas pueden ser muy peligrosas para los navegantes e incluso para los visitantes que, dejándose llevar por su curiosidad a veces cometen alguna imprudencia. Este tipo de fenómenos atmosféricos en el Ortegal suelen ser impresionantes y al mismo tiempo, sobrecogedores y aterradores.

Este acantilado, monumento natural, es un lugar donde se juntan la historia de nuestro mundo, los mares, el océano, los vientos y un entorno natural tan bello que por momentos te deja sin aire. Un lugar majestuoso con unos atardeceres de llenos de luz y melancolía y un lugar magnífico para observar el firmamento, durante las noches despejadas.

Un lugar en el que miras al cielo y puedes soñar..
Un lugar eterno y único en el mundo.

 
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La Reunión de Cassiopea: el árbol y su estrella.