La Reunión de Cassiopea: el árbol y su estrella.

Hace eones, un evento tuvo lugar aquí mismo, en las tierras del Ortegal, mucho después de la legendaria confrontación entre Hércules y Gerión, el gigante de tres cabezas que infundía temor en los primeros habitantes de Ortegal. En aquellos tiempos remotos, el universo era regido por los antiguos dioses olvidados, seres divinos y sobrenaturales que desde el Olimpo vigilaban cada aspecto de la vida humana. Su poder no conocía límites.  Eran inmortales, podían cambiar de forma y tamaño, manipular el tiempo y el espacio, y controlaban todos los elementos de la naturaleza a su voluntad.

Vistas de un atardecer en el acantilado de ‘Cantís do Cadro’ - Jay Lorenzo

Por entonces, Hércules había confiado las tierras del Ortegal y la ciudad de Crunia -hoy conocida como A Coruña- a Cefeo, un rey mortal de gran poder y orgullo, para que protegiera personalmente su territorio. Cefeo estaba casado con la reina Casiopea, y juntos tenían una hija llamada Andrómeda.

Los recién nombrados "Protectores del Ortegal" quedaron fascinados por la belleza de estas tierras desde el momento en que las pisaron, y aprovechaban cada oportunidad para contemplar sus paisajes sublimes.

Sin embargo, su soberbia y arrogancia pronto se hicieron evidentes, y su fama de "petulantes e insolentes" se extendió rápidamente de norte a sur por todas las aldeas.

Cefeo solía burlarse de los dioses, afirmando que su poder era ilusorio y desafiándoles públicamente a demostrar su poder. Por su parte, Casiopea, siempre preocupada por su belleza, se jactaba de ser más hermosa que las propias Nereidas, lo cual era considerado una ofensa y un desatino.

Pena Furada - Loiba - Fernando Rodríguez

En una noche oscura y sin luna, las meigas más poderosas del Ortegal se reunieron en la 'Pena Furada', en la costa de lo que hoy es Loiba. Lideradas por Xuruxa, la meiga más sabia y poderosa, invocaron a Poseidón, el dios de los océanos, para informarle sobre la detestable conducta de los Protectores del Ortegal. Poseidón, furioso, convocó a un leviatán monstruoso de las profundidades del océano y ordenó que persiguiera a Cefeo y Casiopea para devorarlos.

Ajenos a la ira de Poseidón, Cefeo y Casiopea estaban disfrutando de la cascada del 'Pozo do Inferno' cuando el leviatán, llamado 'Xumelmur', inició su devastador ataque. A pesar de la destrucción que dejó a su paso, Cefeo y Casiopea lograron escapar del leviatán.

Después del inesperado fracaso, Poseidón recurrió desesperadamente a Zeus en busca de ayuda para castigar a los mortales indignos. Zeus descendió al Ortegal adoptando la apariencia de una joven ortegana para poder investigar sin ser reconocido y descubrir el paradero de Cefeo y Casiopea.

Ceceo, convertido en árbol, revelando la ubicación de la constelación de Cassiopea - Jay Lorenzo

Tres días mas tarde, Zeus descubrió a la pareja escondida en un diminuto chozo abandonado en 'Cantís do Cadro', cerca del 'Puesto de Vigilancia de Herbeira', refugiándose del leviatán a 2 mil pies por encima del océano. Allí mismo, tras mostrarse con su apariencia habitual, Zeus convirtió a Cefeo en árbol y desterró a Casiopea de este mundo, enviándola con su poderoso rayo a las constelaciones de los cielos del norte, sólo visibles durante las noches templadas.

Desde entonces, Casiopea y Cefeo se reúnen en secreto algunas noches en las cimas del Ortegal. Se susurran a través de las olas y se acarician a través del viento. Allí, entre los árboles y las sombras, permanecen unidos eternamente y desde entonces, observándonos al pasar, sin ser vistos.

Esta leyenda se cuenta entre los habitantes del Ortegal como recordatorio de la ira de los dioses.


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